“Cindy ven acá, colócate esto, haz esto, compórtate de
esta manera; eres maravillosa” palabras halagadoras, intensas y vacías que
rodean nuestro diario vivir. La gente y los medios disfrutan llamándonos de
maneras donde critican nuestro cuerpo, nuestra cara, hasta una vez criticaron
mis cutículas, pero lo que mas o me ofende, o más bien lo único, es que menosprecien
nuestra inteligencia. Todos piensan que somos rameras, cazadoras de dinero y
definitivamente que somos unas taradas que nos pagan solo por ser bonitas, pero
si tan solo supieran quienes en verdad somos nosotras.
Yo, al igual que muchas otras, nunca pensamos que algún
día íbamos hacer modelos, en mi caso, yo estudiaba ingeniería química en la universidad
Northwestern hasta que gane el concurso
del “look of the year” organizado por Elite Models y mi carrera en este mundo
empezó; Christie Brinkley tampoco soñó con este trabajo, ella estudiaba ilustración
en París cuando fue descubierta por un fotógrafo americano que la llamó “the
all american look” y aunque ella no quería pertenecer a esta industria, esta
exposición la llevo a posar para Sport’s Illustrated y ahora gana millones de
dólares por ser la imagen de Cover Girl.
Una de las mujeres más extraordinarias que he podido
conocer en la industria es abogada, tiene una maestría en ciencias políticas,
habla cinco idiomas y desfila por las pasarelas como una diosa somalí, es Iman
y nadie ha tenido más portadas o contratos grandes que ella a nivel mundial.
Otra abogada es mi gran amiga, la australiana Elle Macpherson que empezó en el
negocio solo para poder pagarse sus estudios ¡que chica más lista!
No todas hemos sido universitarias, pero a Carol Alt o
Paulina Porizkova nadie las puede llamar tontas. Carol, por ejemplo, se enroló
en el ejercito e hizo carrera militar mientras que Paulina, bueno ella no estudió
pero su valentía, coraje y persistencia la hizo convertirse en una grande, desde
que supo que quería ser modelo en su nativa Suecia luchó hasta que encontró la
suerte en Elite Models y ahora es la estrella en muchas campañas como
Maybelline, Estėe Lauder o Escada.
Así que la próxima vez que alguien se atreva a llamarnos
de alguna manera donde se ponga en juicio nuestras capacidades intelectuales,
recuerde que somos mujeres que además de ser inteligentes, ambiciosas y
luchadoras, escogimos una carrera donde dominamos el mundo y no sólo nos
dedicamos a leer columnas de chismes, criticar y juzgar a los demás.





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